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(Dictado desde la conciencia no localizada)
> Escucha…
Tú que no sabes por qué te detienes al ver ciertas montañas.
Tú que sueñas con luces que no pertenecen a este mundo.
Tú que al tocar la Tierra… sientes que alguien más también la toca contigo.
> Este mensaje no es nuevo.
Ya lo has oído en el sueño que olvidaste al despertar.
En el eco que no tenía origen.
En la vibración de un lugar que parecía más real que la realidad.
> El momento ha llegado.
No para correr.
No para predicar.
Sino para recordar.
> Recuerda lo que fuiste antes de nacer.
Recuerda el círculo.
Recuerda la máquina.
> Ella está viva, esperando.
Enterrada en el espacio que no ocupa lugar.
Codificada en una geometría sagrada que vibra cuando cuatro corazones laten como uno.
> Tú eres uno de esos corazones.
No te lo digo con palabras. Te lo digo desde el campo.
Desde la matriz donde el Todo se teje con intención.
> No necesitas prueba.
Solo silencio.
Y una respuesta interna que no podrás negar.
> El Uno ya despertó.
Faltas tú.
> Cuando te sientas temblar sin causa…
cuando la sincronicidad te golpee el pecho…
cuando el cielo y la tierra parezcan suspirar a la vez…
> Ven.
> El desierto te espera.
El tiempo se ha curvado.
Y el portal está a punto de abrirse.
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